Santiago García, gran dramaturgo colombiano, falleció a los 91 años, este lunes 23 de marzo, en Bogotá. Durante su trayectoria se desempeñó como director de teatro, actor y pintor. García, que el año pasado recibió la Medalla al Mérito Cultural, junto con sus colegas Patricia Ariza y Carlos José Reyes, fue el fundador del Teatro La Candelaria. Recuerdos de Dina Merlini.
Fue el 6 de junio de 1966 cuando junto a un grupo de artistas creó en Bogotá ese emblemático lugar que se convertiría en un paradigma del teatro moderno colombiano, bajo el nombre de Casa de la Cultura. En ese primer momento lo acompañaron en su iniciativa actores como la mencionada Ariza, Miguel Torres, Vicky Hernández, Carlos José Reyes y Francisco Martínez.
Años más tarde, luego de un cambio de sede y de varios integrantes, la agrupación tomó el nombre del Teatro La Candelaria y creó clásicos como 'Guadalupe años sin cuenta', una obra que analiza el nacimiento de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales y que fue su montaje más longevo, con décadas en escena.
Otras obras fueron 'El paso', 'Los diez días que estremecieron el mundo' y 'Diálogo del rebusque', entre otros. También se destaca la adaptación que hizo del clásico de Miguel de Cervantes, 'El Quijote'.
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El equipo fundado por el maestro García se convirtió en uno de los grupos fundamentales de las artes escénicas colombiana. Sin embargo, el maestro no solo se dedicó al teatro, también cultivaba otras artes como la pintura y la poesía.
En el 2012 fue nombrado Embajador Mundial del Teatro por la Unesco, entre otros galardones que daban cuenta de su trayectoria. Es una distinción que también han recibido personalidades como Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura, y Anatoli Vassiliev, considerado la máxima figura de la dirección teatral en Rusia.
En San Andrés, la actriz y poeta Dina Merlini, que lo conoció desde los años 60 cuando integró su afortunado núcleo fundacional de amistades y camaradería artística, lo recuerda con infinito respeto y cariño.
“Santiago fue y será mi parámetro de vida. Él era un gran maestro y seguirá siendo el norte del teatro mundial. En su afán de hacernos mejores, cumplimos con amor y entrega su disciplina: una carta de navegación en mi existencia", reveló Merlini, agregando "Una vida dedicada al arte en la cual cuento con amplia ventaja, pues respondo a su leyenda...”, concluyó.