Con el objetivo de volver a posicionar a San Andrés como "la playa de los ticos" como era conocida por los costarricenses en la década de los 80’, este domingo, con la llegada de un ‘famtrip’ de operadores turísticos de ese país, se dio el lanzamiento de la nueva ruta entre la ciudad de San José y la capital isleña que a partir del próximo 17 de diciembre viajará con tres vuelos semanales.
La nueva alternativa turística para ‘ticos’ e isleños, nace a partir del vínculo creado entre la agencia de viajes providenciana 'Paradise Travel Express' y la costarricense Aerobelt, quienes contactaron a la aerolínea Searca para la operación de los vuelos y a la mayorista de viajes costarricense CrediViajes.
En principio la ruta operará con tres vuelos semanales entre ambos destinos, en un vuelo corto de 50 minutos a bordo de una pequeña aeronave con capacidad de 19 pasajeros que desde la ciudad capital del vecino país, sale del Aeropuerto de Pavas (Tobías Bolaños), un terminal aéreo de menor tamaño dedicado más que nada a vuelos domésticos y que como ventaja presenta una mayor agilidad en el despacho de los vuelos.
La empresa mayorista CrediViajes tiene para los ‘ticos’ varios paquetes de viajes a San Andrés a precios favorables que incluyen alojamiento en algunos hoteles de la isla y pronto se comercializarán también los tiquetes sin incluir la opción del hospedaje, de igual manera para los que deseen viajar de San Andrés con destino a San José.
Representación centroamericana en las islas
Al evento asistieron Fabio Palacio en representación de la gobernación del Departamento Archipiélago; Jesús Correa de Aerobelt Costa Rica; Javier Archbold de Paradise Travel de Providencia; Juan Carlos Zamora de CrediViajes; Salma Fakih del Hotel Samawi, y Jesús Gallardo de los hoteles Arena Blanca y Dorado; además de un nutrido grupo de agentes y operadores turísticos de Costa Rica.
En el encuentro también se hizo el nombramiento de Javier Archbold como cónsul honorario de la República Federal de Centroamérica, por parte de Jesús Correa, como una muestra simbólica de las relaciones y los lazos que se deben volver a estrechar entre las islas y los pueblos de los países vecinos como en épocas anteriores.