Grande la marcha por la vida. Desde cuando en el inaceptable caso del gimnasio en Los Almendros, un joven estudiante de bachillerato resultó víctima de los temerarios que cobraron extra con su vida, se debía esta demostración.
En aquel entonces algunas voces se escucharon, otros dejamos constancia en las redes sociales, pero sus compañeros de colegio, estudiantes, amigos y solidarios no pudieron expresar el rechazo a esta ola de sangre en su momento.
Así como cuando aparecen las altas temperaturas en el cuerpo, es una manifestación y es aviso de que algo o mucho anda mal; así también las muertes por ejecuciones que tienen atemorizada a la gran población de San Andrés, en escasos 28 kilómetros cuadrados, denota tempestades por venir.
Ojalá no sea demasiado tarde, que este no sea un caso de metástasis, que el cuerpo nuestro esté aún a tiempo de un tratamiento reivindicador.
Los síntomas han estado a la vista, huelen y se perciben desde cuando hicieron presencia. Es solo rememorar a nuestro alrededor casos en que no cumplimos con las normas, casos en que permitimos que otros tampoco cumplieran, y unos y otros obteniendo ventajas de lo ilegal.
Las tramposerías por cualquier parte, en demasiadas partes, la inobservancia de las reglas básicas que permiten la sana convivencia, la cultura de salirse con la suya de cualquier manera y forma, y sentirse muy valiente o muy inteligente por ello.
Los principios y valores desplazados de nuestra sociedad reclaman con los hechos del presente.
A costa de parecer esto un sermón laico, son anotaciones que fluyen después de ver la marcha por la paz, por la vida, por la no violencia, un clamor desesperado en toda la isla.
¿Que sigue?
Se anuncian consejos de seguridad al más alto nivel gubernamental para atender la situación.
Como en el caso de la sensación febril, ¿Atenderemos solo los resultados?
Los buenos especialistas en seguridad, en la política y en lo social, saben que hay males que están y seguirán causando esos mismos resultados, sino se curan.
¿Queremos exponer y atender las causas?
Tenemos que poner de nuestra parte, no podemos seguir escondiendo la basura debajo de la carpeta.
Kent Francis James
