Nuestra isla ha entrado en una fase de crisis social y de seguridad desde hace un largo tiempo, que ha derivado en desmanes cada fin de semana, casi sin excepción. Cualquier verbena en la que haya una concentración de personas, genera un ambiente de incertidumbre que en muchos casos se transforma en hostil, conllevando a la sensación de inseguridad, propia de estos tiempos y tan extraña en épocas pasadas. (Publicado el 22/10/2016)
Responder con certeza ¿Cuál es el causante de todo este fenómeno? Qué se ha salido de las manos y ¿cómo solucionarlo? Es una tarea que requiere de un ente que más allá de crear represión a los hechos, pueda prevenirlos de manera efectiva.
Para eso nació el Observatorio del Delito, para crear una base de datos que permita conocer a fondo los factores que inciden en la ya trillada frase “descomposición social”, que en últimas es tan extenso su significado como el mismo océano y son tantas las causantes que sería casi imposible desglosarlas sin tener un conocimiento previo de un contexto determinado.
Meses atrás, convocados por el diputado Arlington Howard Herrera, en la Asamblea Departamental, se discutió, con la presencia de todas las autoridades y varios expertos procedentes de las ciudades de Bogotá y Cali, la necesidad de implementar un Observatorio del Delito en nuestro Departamento. Dichos expertos compartieron sus exitosas experiencias a la hora de prevenir tragedias.
Pero, antes de entrar en materia ¿Qué es un Observatorio del Delito? Básicamente es una entidad encargada de tipificar y contextualizar las diversas dinámicas sociales, económicas, culturales, estructurales e infraestructurales propias de cada territorio. Es decir, se concentra en conocer a fondo el contexto de cada barrio, localidad o zona en busca de los factores de riesgo que inciden en que una persona cometa un delito.
Dicho ente es generalmente conformado por expertos del área social (sociólogos, antropólogos, psicólogos, politólogos, entre otros) los cuales a partir de estudios cuantitativos y cualitativos pretenden desentrañar todas las características específicas de cada sector.
La misión principal de un Observatorio del Delito, como se mencionó anteriormente, es atacar de raíz los ingredientes que permiten que ciertas áreas sean un caldo de cultivo perfecto para que quienes vivan ahí tengan una tendencia a cometer un delito o ser víctimas de ellos, desde el mejoramiento del tendido eléctrico, como lo explicaron varios expertos en Bogotá, hasta la creación de talleres de manualidades, como sucedió en Cali.
Éstas y muchas más han sido las estrategias que aunque parezcan simples, marcan la diferencia entre un hecho trágico que puede generar una espiral de violencia o la pacificación de una zona. Y sólo se puede llegar a ellas de manera eficaz cuando se tienen datos que aunque son poco visibles y muchas veces ignorados, son parte fundamental de lo que conforma un determinado sector.
Luego de los sucesos ocurridos en nuestra Isla el pasado 16 de octubre, los cuales podrían desencadenar más violencia, debido a las retaliaciones, es necesario de manera urgente la implementación del Observatorio del Delito en el Departamento Archipiélago. No podemos seguir sentados esperando a saber cuál será el próximo hecho delictivo. No podemos seguir a la expectativa, preguntándonos si lo que viene es peor que lo que estamos viviendo.
Debemos prevenir dichas situaciones, atacando la raíz de los problemas, antes de que ese caldo de cultivo que existe en cada uno de los sectores de nuestra isla termine cocinándose, como ha ocurrido durante los últimos acontecimientos.