“Que inapropiado llamar a este planeta Tierra, cuando es evidente que debería llamarse Océano" (Arthur Clarke). Los océanos producen el 50% del oxígeno que respiramos, captura cerca del 30% del dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera, ayuda a regular el clima y es la fuente de sustento y de alimento de millones de seres... entonces ¿Por qué seguimos desconociendo su importancia?.
Ya es hora de que San Andrés y Providencia tomen en consideración un estudio serio de valoración ecosistémica, por los beneficios naturales que proveen y que podrían llegar a ofrecer en términos de captura de metano y producción de aire puro, adicionalmente a los que ya aportan al Turismo en términos recreativos y culturales.
Que sea un reto para las autoridades ambientales y gubernamentales de la isla, cuando las Naciones Unidas declararon este 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible, imponer sanciones a los enemigos de la naturaleza y dejar el miedo a un lado a la hora de proteger con severidad este frágil ecosistema insular.
En la foto, un frondoso hábitat de Octocorales a 8 metros de profundidad en el sector conocido como El Faro, en la isla de San Andrés. Estos ecosistemas de coral están siendo seriamente impactados por la contaminación de las aguas y el cambio climático; aun así, ellos continúan evolucionando para enfrentar el paso devastador del ‘ser humano’ y nos siguen proporcionando tanto bienestar y toda su belleza.
Foto: Fundación Help 2 Oceans